Había una vez un tiburón que se llamaba Bruss, ese tiburón era medio raro y estaba un poquito loco. El comía solo cuando tenía hambre, y le encantaba estar nadando por los océanos. Tanto que nadó, conoció todos los océanos del mundo y nuevos animales (delfines, cangrejos, mantarrayas y orcas).
En uno de sus viajes conoció a 6 delfines. Entre ellos jugaron, y le enseñaron a saltar a bruss. Comieron juntos y saltaron.
Más tarde Bruss se desvió y llegó a un río. Se empezó a sentir mal, mareado, casi muerto. Se había metido en el agua dulce, cuando necesitaba del agua salada para vivir.
Pensaba que se iba a morir, cuando un grupo de 4 delfines que viven en el agua dulce vieron a Bruss casi muerto y fueron a ayudarlo. Lo llevaron, entre todos, de vuelta al océano.
Bruss les dio las gracias y se fue a su casa.
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