(dibujo por Marqui, cuento de Trini, Marqui y Leo)
Se trata de una paloma que es mensajera, y tiene que llevar un mensaje importante al Emperador.
Va viajando y se encuentra con distintos animales, de los que se hace amiga.
Hasta que un día se encuentra con un águila, que la persigue por un montón de lugares en redondo hasta que se marea tanto que la pierde de vista.
Pero la paloma también se mareó un montón y terminó parada en una rama, al sol, con una flor en vez del mensaje, mientras tres conejitos la miraban.
Un conejito era marrón, otro negro y el tercero con manchas negras y marrones. Este le dijo: "palomita, perdiste tu mensaje, se te cayó al piso ahí nomás".
La paloma, al principio, no entendió nada. Estaba turuleca. La cabeza le daba vueltas como un trompo. O como un búho. Parecía una calesita sin freno. Y sin musiquita.
Al rato, el mundo le dejó de girar. Y escuchó a un conejo hablar. Primero pensó que estaba loca, en dónde hablan los conejos? Solo en el País de las Maravillas, no?
Pero después vio que el conejito movía los labios (y sus dientitos) y volvía a repetir algo del mensaje.
"Claro, el mensaje, lo perdí!!!!", dijo en voz alta (de pajarito) la paloma.
Y recién ahí entendió que el conejo manchado quería ayudarla.
Buscó en el piso y encontró el mensaje, era un papelito hecho rollo. Primero pensó, "será una factura de teléfono o de electricidad?", pero después de mirarla bien, vio que tenía el sello real del Emperador.
Lo tomó con el pico, y levantó vuelo audaz hacia el palacio.
Días después llegó al espléndido palacio y con el mensaje entregado a tiempo logró evitar una terrible guerra entre los imperios de China y Japón.
Y entonces comenzó una hermosa amistad entra la paloma, el Emperador, los chinos, los japoneses y los conejitos. Cada uno llevó una torta, y un plato típico... Sushi, arrolladitos primavera, fettuccini al a principe de napoli y conejo a la cazadora.
Se trata de una paloma que es mensajera, y tiene que llevar un mensaje importante al Emperador.
Va viajando y se encuentra con distintos animales, de los que se hace amiga.
Hasta que un día se encuentra con un águila, que la persigue por un montón de lugares en redondo hasta que se marea tanto que la pierde de vista.
Pero la paloma también se mareó un montón y terminó parada en una rama, al sol, con una flor en vez del mensaje, mientras tres conejitos la miraban.
Un conejito era marrón, otro negro y el tercero con manchas negras y marrones. Este le dijo: "palomita, perdiste tu mensaje, se te cayó al piso ahí nomás".
La paloma, al principio, no entendió nada. Estaba turuleca. La cabeza le daba vueltas como un trompo. O como un búho. Parecía una calesita sin freno. Y sin musiquita.
Al rato, el mundo le dejó de girar. Y escuchó a un conejo hablar. Primero pensó que estaba loca, en dónde hablan los conejos? Solo en el País de las Maravillas, no?
Pero después vio que el conejito movía los labios (y sus dientitos) y volvía a repetir algo del mensaje.
"Claro, el mensaje, lo perdí!!!!", dijo en voz alta (de pajarito) la paloma.
Y recién ahí entendió que el conejo manchado quería ayudarla.
Buscó en el piso y encontró el mensaje, era un papelito hecho rollo. Primero pensó, "será una factura de teléfono o de electricidad?", pero después de mirarla bien, vio que tenía el sello real del Emperador.
Lo tomó con el pico, y levantó vuelo audaz hacia el palacio.
Días después llegó al espléndido palacio y con el mensaje entregado a tiempo logró evitar una terrible guerra entre los imperios de China y Japón.
Y entonces comenzó una hermosa amistad entra la paloma, el Emperador, los chinos, los japoneses y los conejitos. Cada uno llevó una torta, y un plato típico... Sushi, arrolladitos primavera, fettuccini al a principe de napoli y conejo a la cazadora.
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